María Luisa Arnaiz
António Macedo
El título del
cuento de Perrault resulta revelador aunque se intuye algo oscuro, que obliga a
preguntarse por el significado de tan exótico atributo. Veamos. Un rico hombre,
casado varias veces, tomó por esposa a una joven a la que entregó todas llaves de
su casa cuando tuvo que ausentarse, diciéndole que podía recorrer las habitaciones
salvo un gabinete, cuya llave le señaló, “si
se te ocurre abrirlo, nada en el mundo podrá ponerte a salvo de mi cólera”.
Ella abrió la habitación prohibida: pisó sangre y descubrió los cadáveres de
varias mujeres colgadas en los muros. Se le cayó la llave. Sobrecogida, fue a su
cuarto y se puso a frotarla para eliminar las manchas, que volvían a salir pues
se trataba de una llave “encantada”
(ser cómplices del relato es aceptar lo increíble). ¿Una llave enigmática que
abre lo oculto?, ¿manchas de sangre?, ¿qué simboliza la llave? Puesto que la
mujer se salvó a pesar de la transgresión, ¿qué conflicto plantea el cuento?
Obviemos la trampa del narrador: curiosidad, desobediencia, y admitamos que lo
que el texto oculta es el miedo a la desfloración,
llevada a cabo por un violador compulsivo y asesino. Los cuentos
son translúcidos pero no transparentes.
Muy interesante...Bss
ResponderEliminarCon mucho gusto recibo tus palabras. Gracias.
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Como siempre nos pintan a las mujeres de indiscretas...de estar por detrás de" nuestro señor", de no ser señora y dueña de la casa del varón...normal que lo escribiera un hombre...cuento de terror, aunque no lo he leído ,no se como fue el final , lo que has descrito lo veo yo así....BESOSS
ResponderEliminarTienes razón: la literatura misógina nos hace mucho daño. El final es: Barba Azul muere a manos de los hermanos de ella y ella, que hereda la fortuna del marido, se vuelve a casar.
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Mistérios, Luisa, mistérios!
ResponderEliminarUm abraço. Tenhas uma boa noite.
Misterio resuelto aunque tenga otras interpretaciones.
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Yo tenía ese cuento, era troquelado y en la cubierta la dama llevaba un llavero, me encantaba, mas por su belleza estética que por la historia. Hoy me ha encantado tu entrada y me has dejado con la duda.
ResponderEliminarEstoy muy entretenida en varias cosas, pero cuando tenga tiempo buscaré, indagaré. Un abrazo
Me quejo, como tú, de la falta de tiempo pero seguro que te hará pensar.
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Me gusta eso de que los cuentos sean translúcidos y no transparentes.
ResponderEliminarY este cuento es la primera vez que lo leo.
Besos.
Los cuentos maravillosos responden a ciertos patrones y este es universal.
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Mi abuela paterna me contaba este cuento, que recuerdo me impresionaba cuando describía el interior del cuarto prohibido. Era bastante cruda para mi edad, pero tu conclusión sobre lo que texto oculta, no deja de sorprenderme, aunque sea cierta.
ResponderEliminarLas madres y abuelas hemos transmitido cuentos, creyendo la moraleja tradicional, solo porque de niños estamos ávidos de escuchar historias.
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Esta fábula evoca instantáneamente esa otra del Jardín del Edén y su árbol del fruto prohibido. Sin duda, la riqueza simbólica de la narración que hoy nos obsequias, posibilita múltiples y diversas interpretaciones. El poder, la conciencia, la confianza, la rebeldía, etc., podrían, tomadas como referencia para su interpretación, conducirnos a muy diversas conclusiones. Es parte, y no menor, del mérito del relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu evocación del Paraíso es necesaria porque encierra muchas posibilidades interpretativas.
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Sutil pero notable diferencia, Maria Luisa.
ResponderEliminarLos “modelos” suelen pasar desapercibidos. De no preguntarnos, el narrador nos lleva donde quería.
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Y la noche, un respiro, un necesario respiro tu blog... de rebeldías, de imágenes encantadoras...
ResponderEliminarUn gran abrazo,
Ely.
Vaya por delante mi agradecimiento a tus palabras.
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Había leído en algún punto de mi vida, la historia de Barba Azul, pero, no le dí este cariz. Voy a leerlo ora vez, si es que lo encuentro.
ResponderEliminarTu blog está fascinante...